Lo sabíamos. Hacía tiempo que el Cosmos Bar, uno de los lugares de encuentro del colectivo LGTBI en tiempos del franquismo, uno de esos espacios con ADN barcelonés e identidad propia, estaba en la cuerda floja. Pero… esto. En fin, pasando el otro día, por allí,, de repente, ya no estaba su mítico cartel luminoso, en letras gruesas y roja, marcándonos el camino hacia el Cosmos. Hacia uno de los pocos restos que quedaban del universo barcelonita más auténtico. El cosmos ya no es lo que era. Ahora es más oscuro. Y no se llama Cosmos.
(Entra en la foto y despliéguela desde la flecha. Verás el antes y el ahora)